jueves, noviembre 04, 2010

Segundo previo a la Quietud.

Se acerca el momento.

La brizna agitada por el viento
que levanta el paso del caminante desprevenido,
comienza a buscar suelo.

Lentamente.

Dolorosamente.

Cae.

Flujo.

"The course of true love never did run smooth"
Shakespeare


Un amor es como un río.

Nace en el corazón de la roca, como hilo imperceptible.

Se alimenta, crece, avanza, recorre.

A veces se estanca, pero también se filtra.

Caudaloso unas veces. Con la superficie plana como un espejo, otras.

Temperamental bajo las lluvias, desbordado, transforma los paisajes, inunda.

Mata.

Llega un momento en el que ese cauce se precipita desde las alturas,
y destroza todo aquello que lleve en su corriente.

¿Pero por eso deja de ser río?

¿Se le puede truncar en su deseo de llegar a volver al corazón de la montaña?

Nuestro amor es como un río.

O como la fotografía de un río.